Textos para pensar
Tendemos a olvidar que no somos más que un ser vivo más en un entorno que apenas conocemos. Poco más que una pequeña ficha en un tablero infinito. Quizás sea la lección de la naturaleza más fácil de aprender.
Pero basta un instante en medio de la naturaleza para inexplicablemente sentirlo.
Son tiempos de noticias malas para la sociedad. Los seres humanos se ven amenazados por un virus que podría suponer un antes y un después.
Sin embargo, la naturaleza empieza a respirar por unos días, después de años de agonía. Espacios naturales con una gran biodiversidad que estaban siendo ocupados a diario por la humanidad, se relajan.
¿Son tiempos de noticias malas?
Se ha paralizado el país. Sociedades por todo el planeta al borde del caos. Pero esto sólo está pasando en nuestra realidad. La fauna no ha dejado sus rutinas. Los pájaros no han dejado de volar. La tierra, no ha dejado de girar.
Aunque vivimos en un mundo totalmente fascinante, a día de hoy es mas que un misterio. Solo conocemos una porciónde lo que existe en nuestro planeta y prácticamente nada de nuestro universo.
Sin embargo, llevamos un camino de tal desconexión con la naturaleza que ya no sabemos como funciona el mundo en el vivimos. Se nos ha olvidado que formamos parte de ella y que todo lo que existe en la tierra ha evolucionado con nosotros. Todo lo que hay en ella nos influye, cada elemento es capaz de afectarnos para bien o para mal y viceversa.
La Tierra evoluciona y nosotros con ella. Depredadores y presas. Flores y polinizadores. Todos formamos parte de este juego que nunca para. Pero, ¿estamos aprendiendo la lección de la naturaleza?
¿De qué se equilibra la tierra? De todo lo que pueda ejercer demasiada presión en el medio y pueda desestabilizar su funcionamiento.
El ser humano podría ser uno de los seres vivos que ejerce más presión sobre el medio. Espacio que colonizamos, espacio que modificamos a nuestro antojo. Esto no sería tan grave, si nuestro grado de desconocimiento de nuestro entorno fuera tan alto.
Además ese desconocimiento nos lleva a atentar contra la integridad de la Tierra, poniendo en riesgo nuestra supervivencia.
Por eso, lo mejor siempre es el equilibrio. La segunda lección de la naturaleza es que ella siembre busca el equilibrio.
Y probablemente sea eso lo que está sucediendo con la Crisis del Coronavirus o Covid-19.
La tierra se está equilibrando
Existen zonas cuya densidad de población es antinatural. Los rascacielos hacen posible que en 1 km cuadrado puedan vivir mas de 50.000 personas. Es difícil buscar un ejemplo en el medio natural. Lo más parecido sería pensar que somo como un gran monocultivo, que se mantiene gracias a agentes externos.
Un cultivo extensivo que si no fuera por herbicidas y abonos químicos, no sería capaz de mantenerse. Así mismo son agentes que a la vez que lo mantienen con vida, hacen que su entorno se degrade y sea más difícil que sobrevivan.
Cualquier jardinero o agricultor nos diría que un monocultivo tiene más facilidades de ser atacado por algún agente natural (virus, patógeno, insecto, etc) y que este tenga más facilidades de salir perjudicado.
Del mismo modo pasa con la plaga de picudo rojo que afecta nuestras palmeras por España. Los paseos de la costa están llenos de alineaciones de palmeras. Existe poca separación entre ellas y hay poca variedad de especies. Este insecto llegó y lo tuvo muy fácil para pasar de ejemplar en ejemplar hasta recorrerse toda la costa.
Las palmeras están fuera de su hábitat y rodeadas por un entorno totalmente humanizado. En consecuencia se ven indefensas y poco a poco van muriendo todas.
A-Palmera solitaria en el medio natural
B-Palmeras en grupo con poca separación, en un entorno natural
C-Palmeras plantadas cerca entre sí, en un entorno artificial
Está rodeada de diferentes especies, por tanto existe una amplia variedad de insectos y otros animales. Si aparece un patógeno, éste tiene numerosas especies entre las que elegir y numerosos depredadores que la puedan controlar.
Tal vez la podríamos comparar con la persona que vive en un pueblo pequeño con poca gente y rodeado de naturaleza.
La palmera B vive en un entorno equilibrado junto con muchos ejemplares de su misma especie.
En este caso, las plagas son más específicas. Quizás tarden en aparecer, pero la falta de diversidad hace que sea más dificil que un depredador las controle. La menor cantidad de especies diferentes atrae a una menor variedad de aves, mamíferos e insectos.
En este caso podríamos compararlo a vivir en una ciudad con bastante población pero rodeado de naturaleza o cerca de ella.
La palmera C vive en un entorno desequilibrado junto con muchos ejemplares de su misma especie
Claro está que falta de biodiversidad reduce cualquier capacidad de defensa. De esta forma si sólo hay una especie, no habrá muchos insectos o aves que puedan asociarse a ella. Desde luego muchísimos menos que en un espacio en el que conviven cientos de especies diferentes.
Este caso sería comparable a vivir en una gran ciudad, rodeado de un gran medio artificial y lejos de lugares naturales y equilibrados.
-En el caso A vives en un pueblo con poca gente y rodeado de medio natural con lo que la probabilidad de contagiarte sería baja.
-En el caso B vives en una ciudad con bastante población pero separada de otras poblaciones por zonas con medio natural, la probabilidad sería media.
-En el caso C vives en una ciudad con bastante población y comunicada con otras poblaciones por medio artificial, la probabilidad sería alta.
No creo que solo influya la densidad de población en la transmisión de un virus. Creo más bien que solo es otro factor.
Con esto no quiero decir que tengamos que volver a vivir en cuevas, ya que esto tiene otras consecuencias.
Ciertamente la seleción natural existe. No obstante, hace tiempo que como especie ya no es la ley del más fuerte, por lo menos no en el sentido biológico de la palabra.
Así como dar la espalda a los conocimientos que nos sirven para adaptarnos al medio sería trágico, de hecho sería volver a cuando la causa de la muerte podía ser un resfriado, una fractura o un parto. Vivir en sitios totalmente artificiales es darle la espalda a nuestra naturaleza esencial. Los seres humanos somos seres vivos. Nuestra esencia animal tiene unas necesidades que no podemos ignorar.
¿Qué persona crees que tiene más posibilidades de vivir más años y con más salud?
Desde mi punto de vista, tiene más probabilidades la persona que vive en una pequeña ciudad con espacios verdes abundantes.
En ella el equilibrio entre avances tecnológicos y conocimiento del medio se combinarían para generar un entorno agradable. En ella el ser humano estaría en conexión con la naturaleza para poder aprender y adaptarse a ella.
En el caso de no contar con la ayuda de la tecnología, la conexión con la naturaleza sería total. Su conocimiento nos facilitaría la vida, pero no tendríamos herramientas para protegernos de las inclemencias.
Las personas que viven en una gran ciudad sin conexión con la naturaleza, aquellas que no tienen acceso a diario a un espacio natural, por pequeño que sea, tienen más probabilidades de, por ejemplo sufrir una pandemia, algún tipo de alergia o cualquier enfermedad derivada de la contaminación y de elementos tóxicos.
Tal vez después de esta pandemia, aprendemos las lecciones de la naturaleza. Ojalá asumamos de una vez que no somos más que una parte de un todo y que si nosotros no encontramos equilibrio dentro de ese sistema, la naturaleza lo hará por nosotros. Es posible que la siguiente lección sea adaptarse o desaparecer.
Pocos lugares quedan en nuestras costas con equilibrio. Aunque en este caso le tendrían que cambiar el nombre, ya que su gran amigo el ser humano extinguió a la foca monje de toda la costa española, incluidos islotes deshabitados como el de la foto.
Si el próximo verano tenemos el lujo de poder bañarnos en un río o en un océano, recuerda que es lo importante. ¿El chiringuito, acceso para dejar el coche cerca? ¿Que pasaran las absurdas máquinas para alisar la arena o un camino de cemento para que no te manches los pies? No, lo importante es que nuestras playas tengan la máxima biodiversidad posible, al igual que nuestros montes y parques. Ya que un lugar con mucha biodiversidad es un lugar equilibrado, por lo tanto un lugar saludable.
Sería genial aprender la lección de la naturaleza y empezar a respetar nuestro entorno. Dejar el espacio que necesita cada ser vivo, empezando por nosotros. Si no, es probable que la naturaleza tienda a equilibrarse por si misma.
Nadie diría que este lugar de la fotografía lo modificó el ser humano hace cientos de años realizando una presa. Consiguieron crear un lugar equilibrado y utilizando solo materiales naturales. Actualmente las prácticas habituales son todo lo contrario, y eso que supuestamente hay más conocimientos y mejor tecnología. El problema es el objetivo de base. No se busca el equilibrio si no el ahorro, la rentabilidad económica.
Nuestro objetivo como sociedad ya no es vivir de forma equilibrada y feliz, si no obtener dinero. ¿Pero somos conscientes de lo que ello conlleva? ¿Somos conscientes de que el dinero es algo puramente artificial? Si vamos a nuestras necesidades básicas, el dinero pierde todo su valor.
Así que si a las 4 de la mañana del quinto día de aislamiento me he desvelado y se me ha ocurrido escribir esto, tal vez sea el momento de debatir este tema como familia y como especie. Y nunca olvidar que el máster o la carrera más importante es la del respeto mutuo y la conexión con la naturaleza, ya que de ella aprendemos todo.
Antena Aragón visitó nuestro jardín.. quieres ver lo que se encontraron?
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